martes, 25 de diciembre de 2007

Historieta de una manta pelúa y un sofá color cereza-frambuesa

Me encanta tumbarme en el sofá un rato cuando estoy cansada y enseguida me quedo frita, no se que me pasa que si me acuesto en la cama se me quita el sueño pero es agarrar el sofá y mano de santo, la pena es que solo sirve para pequeñas dormideras, un cuarto de hora, media hora con suerte.
Como soy friolera hasta en verano necesito ponerme la manta pelúa por encima . La manta pelúa es pequeña y ligera( como platero y yo, bueno yo no, ni pelúa ni pequeña), la tengo desde que mi hijo tenía 4 años y fue quien la bautizó con el nombrete.
Esa manta tan viejita y despelusada no pega nada con el sofá nuevo color cereza-frambuesa. Si, así venía descrito el color en el catálogo que nos enseñaron cuando fuimos a la tienda de muebles a comprarlo. Está muy bien el tono del color aunque parezca que nos están vendiendo un helado en vez de un sillón. Yo quería comprar el de piel pespunteada de color chocolate inglés (por lo visto se llama así) aunque luego pensé que no combinaba con las baldosas tejas de mi casa y no pienso explayarme ahora contándole las diversas gamas de colores tejas que hay, dependen si les ha caído lluvia y si se han teñido de esa preciosa pátina que solo el paso del tiempo sabe poner ( a los tejas, porque lo que es a las personas nos deja hechas unos zorros el jodío tiempo ese). Además, al suelo de mi casa no le cae la lluvia pero por si acaso hemos puesto un techo.
Nos llevamos a casa el catálogo y unas muestras de piel de diversos tonos, un amplio abanico de posibilidades cromáticas entre el salmón y color vino. Les aseguro que no fue tarea fácil. Después de dudosas deliberaciones sacando las muestras a la luz del patio y comparándolas con la tonalidad del piso y de la madera de los muebles y con tal de acabar con la pejiguera que suponía distinguir un matiz de otro, por fin, nos decidimos por el color cereza-frambuesa a pesar de que no había demasiada diferencia entre el cereza-solo y el frambuesa-solo. No nos dimos cuenta hasta que soltamos la pasta de que la mezcladera de colores suponía un coste aditivo en el precio por metro de piel adquirida.
Ya teniamos por fin el dichoso sofá en casa. Lo tuvieron que traer desde Italia y tardaron por lo menos cuatro meses ¡Ni que lo hubieran transportado a hombros como a los toreros!
Una tarde compramos dos mantas de las llamadas de viaje de color burdeos una y la otra de color vino, ( vino tinto, el blanco me produce acidez y no pienso describir el tono, ni la cosecha ni la añada pues nos darian las uvas), ambas haciendo juego con el sofá de piel italiana. Pobrecita la italiana que tiene que ir ahora desnudita sin su piel.
Así que cuando me tumbo en el sofá cereza-frambuesa me tapo con la manta pelúa , la mia. Nos hemos acostumbrado a llamarla así, con naturalidad,como si fuera de la familia, sin darnos cuenta de lo ridículo del nombre y de que están delante los amigos de mi hijo. Los adolescentes pasan corte por los acontecimientos más nimios, en cambio, por suspender unas más que cuantas asignaturas no tienen vergüenza ninguna.
No hay nada como pillarle la confianza a las cosas y claro, después de tantos años con nosotros se ha gozado todas nuestras movidas. No tengo corazón para mandarla a mudar ni siquiera por razones de estética, ni aunque no pegue con el sofá cereza-frambuesa. La vieja y desfasada manta pelúa me produce ternura a pesar de que la ternura, salvo en navidad y eso porque toca, no pega con casi nada.

6 comentarios:

coin dijo...

Como ven sigo en la misma línea tarajundiana, que antes de ser así era proustiana ( o lo intentaba) y que no ha sido mal cambio pues por lo menos no tengo que comer madalenas todos los dias para desayunar que así me estaba poniendo que no cabía en mi misma...hasta que llegó la Nancy y con un cafeileche y media tostada me voy apañando.

Unknown dijo...

Pues le diré señora Trotadora que su estilo me sigue gustando, que las influencias de Tarajundia, con ser temibles en algunos aspectos(para todos), tambien tienen una parte beneficiosa (para todos, y además en las cosas del escribir). En fin, que el nuevo año la coja a usted pluma en ristre y contándonos sus historias, que harto Nos place (y lo de Nos, es a Nos la reinona, aunque supongo que también a los otros-y vuelta a corregir las por los, que a veces me olvido que ya no somos nosostras, sino nosotros-)
¡Que paréntesis, llaves, guiones má guapos voy ligando...!

tarajundia dijo...

estoy cansada, muy cansada, muy pero que muy cansada....

vanessa del pino dijo...

Me cae muy bien esa manta. ¿De qué color es?

coin dijo...

Es la clásica de cuadros marrones y creo que la robé en un avión hace 12 años. Ya es casi transparente pues se ha vuelto calva con los años. Han intentado varias veces cometer manticidio con ella, una vez la saqué de la basura a punto de expirar la pobrecita. Le dí un buen lavado a mano, que ya no aguanta lavadoras, y todavía está conmigo. Las dos somos muy parecidas, me hace mucha compañía, es cálida y amorosa y nunca discutimos

coin dijo...

¿Y a tí que te pasa cariño? Te lo digo a tí Nancy.

 
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