viernes, 14 de diciembre de 2007

SEGUNDA CARTA DE MARUCA

Mi querido Onofre:
No me mandes más cartas a “La Jarca” , si la agarra mi padre no quiero ni pensar la escandalera, mejor las envías a casa de tu abuela. Desde que te fuiste ya no me vigilan así que puedo hacer alguna escapadilla a Tufia.
Me sigo ocupando en La Jarca de los asuntos de mi padre, aunque el no quiere que la llame así, con el nombre de toda la vida, sino con el de ahora “Centro Obrero de la Ciudad de Telde” del que se siente su orgulloso Presidente. ¿Sabes que vendimos la pianola al dueño de la Cervecería La Salud de Las Palmas? Nos dio por ella sus buenos reales. La compra de la pianola y la primera vez que me dijiste de lo mucho que me querias, el mismo dia, una mañana fresquita de diciembre del año 30 te empeñaste en que querias ser mi novio y hablar con mi padre. Casi te descalabra. A ver cuando se ha visto que un simplón de aprendiz de calafatero muerto de hambre que malvive en una cueva de Tufia, que no tiene ni donde caerse muerto....y ni se que más barbaridades te dijo, pero no te movias del sitio, callado mirando para la punta de tus zapatos nuevos ( que hasta sangre te salió del roce del cuero por la falta de costumbre), aguantando la retahíla que escupía por su boca. El animal de mi hermano Gregorio de dos empujones te sacó a la calle y no te dieron una tollina porque no estaba de dios. Nos seguimos viendo a escondidas y queriendonos, queriendonos mucho Onofre. Bueno pues con esos dineros compramos una radio y otras cosas que hacian falta. Cuando suena la música es como si una orquesta de verdad, con todos sus músicos, estuviera dentro del salón.
Onofre, te cuento de las cosas que pasan por aquí: ya sabes que siempre estoy en el centro ayudando a mi padre, como mi madre que en paz descanse se murió siendo yo chiquitita le gusta tenerme cerca y custodiada por mis hermanos, estos hombres por muy republicano y libertarios que sean de boca pá afuera son igualitos que los fascistas en estas cosas del “cuidar” de sus mujeres. Te decía que ayer mismo tiramos el antiguo letrero de cuando el Centro se llamaba Sociedad de La Filarmónica. La madera estaba que se pudría por la termita. ¿Recuerda lo grande que era que ocupaba toda la fachada? Vinieron algunos de los antiguos fundadores, todos comerciantes con negocio popio, no se ni para que te cuento si los conoces a todos, se jincaron tres rones seguidos cada uno y como si fueran a enterrar a la sardina salieron con él a hombros. Estaban:
Antonio Betancor López el dueño del molino de viento y las dos panaderias de San Gregorio
Gregorio López Almeida, el de la Botica
Juan Monzón Santana el de la funeraria
Francisco Alemán López de la tienda grande llamada “Ultramarino Plus Ultra” que vendía productos de pá fuera y mi primo Antonio Caballero que lo ha puesto mi padre a trabajar con él de calafate en nuestra carpinteria y no se me ponga celoso Onofre que ya sabe que yo le quiero a usted nada más.
También estaba Luis Castillo el fundador de Radio Comunista. Hace unos meses inauguraron el local, aquí pegadito al nuestro.
Juan Mayor aunque se tomó sus rones no agarró el cartel alegando no se que asuntos de la Alcaldía. Acuérdate Onofre que se anularon las elecciones municipales y en mayo del 31, aún estabas aquí, salió como Alcalde republicano, lo estuvieron celebrando hasta el dia siguiente y por eso me pude escapar contigo casi hasta la madrugada. La noche que fui tu mujer y todavía lo soy, no la he podido olvidar Onofre mio, tengo metido en el tino la dulce matraquilla de lo que hicimos, que bueno era estar juntitos.
Bueno, pues entre todos agarraron el dichoso letrero y mi padre más templao que ninguno, como si fuera el director de una orquesta con batuta y todo, los fue dirigiendo hasta la explanada de enfrente el barranco, allí lo quemaron cantando a grito pelao el himno de Riego, el que no te gustaba aunque tuviera la letra de Antonio Machado, que otros poemas bien me los recitabas en la oreja cuando me estabas enamorando, y este decía:
Que muera los que claman/
por la moderación/
para atacar los fueros/
de la Constitución/
Cuando mis hermanos lo cantaban tu replicabas la falacia, la invención, si, porque sabes que era una parodia aquel supuesto himno anticlerical que algunos bobos dieron por bueno y la farfullabas entre dientes:
Si los curas y frailes supieran/
la paliza que se van a llevar/
subirian al coro cantando/
LIBERTAD, LIBERTAD, LIBERTAD/
Y terminabas riéndote como si fuera una opereta:
ja ja já/ ja ja já/ ja ja já/
¡Ay la cara de mi padre! encarná, con la rabia pá dentro...mira que te gustaba sacarlos de sus casillas, es que también tú, en vez de poner de tu parte...
Lo que si que me gustaba es cuando agarrabas el timplillo cantándome aquella seguidilla con la preciosa voz que tienes y que decía:

De cualas quieres de cualas quieres
si de las amarillas o de las verdes
en mi jardín de flores tu estás primero
porque te quiero niña, porque te quiero

No te apures Onofre, si dios quiere, pronto estaremos juntos mi niño. Esta que te quiere tu novia Maruca.

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