lunes, 17 de diciembre de 2007

CARTA DE MARUCA CENSURADA

CARTA CENSURADA DE MARUCA
(1.943)

Estimado Onofre:
Ya sabes que no te puedo llamar de otra manera, salvo de esta tan amigable. No puedes censurarme por haberme casado ¿Qué otra cosa podía hacer una mujer sola y sin amparo?
Esta carta que llega tan a destiempo de la mano de tu compadre junto con tu generosa ayuda en la que me pides que la acepte, y eso voy a hacer pues no nos queda otra. Dices que no quieres que pasemos fatigas, que te duele que no te haya esperado, que me quieres como no has querido a nadie, ni siquiera a esa mujer tuya que le has hecho ya tres hijos.
¿Cómo hacerte llegar lo que siento? Un sentimiento que va por dentro, no se si en el corazón o en el pecho...dentro está. Ni la guerra, ni el hambre, ni las cosas feas que me han hecho lo van a rozar, lo guardo como una reliquia donde la pena y la miseria no llega. ¡Qué palabras poner a esto que siempre he sentido por tí! Lo que hace que me mantenga viva...aunque no sea a tu lado y a pesar de los años de silencio en que me has tenido. Pero yo te lo perdono todo, ya lo sabes.
Insistes en que acepte tu regalo y eso he hecho con permiso de mi marido. Por la pobreza tan grande en la que vivimos, por mis hijos pues ya estoy esperando al segundo. Te diré que estamos en trato para la compra de una casita en la ladera de Tufia muy cerca de la cueva de tu abuela que dios la tenga en su gloria. La asistí en su enfermedad y en sus últimos dias como si fuera mi madre, la pobrecita te tuvo en su boca hasta el final. Murió bendiciéndote Onofre.
Hemos comprado también tres chalanas a muy buen precio dada la necesidad que hay por aquí. Quinientas pesetas nos ha costado cada una con sus aparejos completos. Mi marido, tu lo conoces, es mi primo Antonio del que tanto celabas, sale con algunos vecinos del risco a faenar todos los dias desde hace unas semanas y la vida empieza a sonreirnos un poco, un poquito más, pues gracias a ti Onofre mio ya no pasamos tanta hambre.
Pero no se que me digo, no debo llamarte mio, no debería, es un pecado
grandísimo el quererte aún tanto como te quiero. A veces me quedo transpuesta pensando en aquellos besos nuestros de cuando éramos tan jóvenes y felices. Mi marido me pregunta ¿En que piensas Maruca? Y yo le digo...en como eramos antes de la guerra.
La guerra...ya sabes lo duro que ha sido para XXXXXXXXXXXXXXXXXX
porque no XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX todos los que matXXXXXX
han ocurrido y que te conté en la carta que te mandé con mi padrino que no pude terminar de decir, esa misma noche XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
nos echaron de allí, desde el 36 se llama Sociedad de la Fraternidad, que ahora lo regenta el hijo de XXXXXXXXXXXXXXXX y tampoco de mi legítima herenXXXXXXXXX que ni siquiera la casa de la Jarca me XXXXXXXXXXXXX.
Así que, hasta que llegó tu ayuda ni se como hemos podido XXXXXXXX para
poder comer, que con las cartillas de racionamXXXXXXXXXXXXporque eramos
XXXXXXXXXXXXX nos dan menos puntos porque perdimos la XXXXX. No te cuento por vergüenza que más cosas me XXXXXXXXX.
Si me vieras ahora Onofre. Ya no soy tu Maruca de antes, estoy gastada y flaca por las penas y el jilorio. Ya no tengo la trenza que tanto te gustaba. Me pelaron y la guardé para mandártela pero la tuve que vender para echarme algo a la boca.
Onofre, esta es la última que te escribo pues se lo he prometido a mi marido. Así que sin más, se despide esta que siempre te ha querido y que nunca te va a olvidar.
Maruca Vargas Ojeda
Tufia, 1943

1 comentario:

coin dijo...

Bueeeno, ya solo queda una que será el final de la historia y ya dejaremos de sufrir. Pero es que aunque quiera sacarle la vena de hunmor con esta historieta no me sale. Y los diré algo ¿Será mi abuela Maruca? ¿Alguien de mi familia? ¡Ahhhhhh...! Como soy tan mentirosa, o a lo mejor no soy tan mentirosa, como digo que me invento pero a lo mejor no me invento....las dejo con la duda.
Mañana termina el dramón. Coin.

 
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