domingo, 16 de diciembre de 2007

CARTA DESDE EL EXILIO-MÉJICO-1936

Sr. Onofre Troya:
Me permito remitirle una carta adjunta de la señorita Maruca Vargas, mi ahijada, que me han encomendado hasta tener la posibilidad de hacérsela llegar a usted.
Han ocurrido acontecimientos terribles en España como usted bien sabrá y de nuestro pueblo de Telde, el más desgraciado de la isla, las noticias que le cuento son las peores.
En primer lugar y para no asustarlo, decirle que a su novia la dejé con vida como comprobará por la misiva inclonclusa que le remito, pero privada de su libertad. Se la llevaron presa a ella y al cabeza de familia que la acogía. No tengo más noticias que las que le doy. Yo mismo estoy vivo y libre de milagro pues es conocida por todos mi pública militancia comunista.
Lamento ser portador de tan nefastas nuevas, a la mayoría de nuestros amigos los han asesinado, están encarcelados o huyen hacia no se sabe que inciertos destinos.
No sabrá usted, por haberse tenido que marchar de nuestra isla hace ya cinco años que nuestros gobernantes temiendo como así ocurrió, un levantamiento militar, dispersaron por las provincias periféricas a todos los generales y altos mandos nombrando a Franco Comandante General de Canarias en los inicios de este negro año 36. La declaración de la guerra tuvo lugar en Las Palmas el 17 de julio y le cuento de estos detalles porque usted los desconocerá. Sepa usted pues, que en solo unos dias se sofocaron los grupos de resistencia, entre los que me encontraba yo y los mios, y decirle que una oleada de brutalidad como nunca fue vista en las islas tiñó especialmente a nuestro querido pueblo de Telde de muerte y luto.
Por la Sima de Jinámar han despeñado a tantísimas personas... temo que queden muchos más. La salida por Mar fea aún debe estar vomitando cadáveres, horror y muerte. No puedo contarlo de otra manera salvo de la que la viví, esta en la que lo hago pues no hay otra. Soy testigo del macabro terror que le cuento.
He tenido la suerte junto con otros afortunados, de que Juan Negrín, que como sabe fue nuestro médico en la ciudad de Telde, yo diré mi pueblo que es como me gusta llamarlo, antes de llegar a la presidencia y por medio de la SERE a unos y de la JARE, en mi caso, nos evacuaron a diversos países que nos prestaron su ayuda.
Me encuentro en Méjico. Su gobierno dirigido por Lázaro Cárdenas es sensible a nuestra situación de exiliados. Desde aquí pienso hacer todo lo que esté en mi mano para ayudar a nuestros desgraciados compatriotas a sobrevivir a esta mísera situación de desesperación y locura a la que nos ha abocado el fatal golpe de estado a nuestra república elegida libremente por los ciudadanos de nuestro país.
Puede escribirme a la dirección que figura en el remite del sobre. Reciba un abrazo de este amigo y sírvase disponer de mi para lo que guste.
Méjico, a 14 de noviembre de 1936
Juan Caballero Quintana

1 comentario:

coin dijo...

¡chsiaaaaaa! Y ahora viene a continuación la carta inclonclusa de Maruca, que les voy a angustiar y no se si conviene esto una tarde de domingo.....pero cuanto antes se pase el trago mejor. Ya puestos...mejor hubiera puesto una de cantinflas que no se como no se me ocurrió antes o un you tube cutre com.

 
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