miércoles, 10 de octubre de 2007

ORDEN Y REGISTRO

Cristina, tienes una historia donde hablas de ¿Orden y limpieza? Me hizo recordar una mia de la página Aaiún que copio. Como ves aprendo rápido


ORDEN Y REGISTRO


¿Qué el orden? El orden es el armario de mi madre, por ejemplo. Cromáticamente ordenado y en escala de tonos. Blanco, crema, vainilla, beige, canelo, marrón claro, marrón oscuro, etc..... Por tamaños además del color.Milimetricamente ordenado. Ningún pantalón en la percha de pantalón sobresale al pantalón de la percha de al lado. Los cajones gloria pura. Y la alacena de las toallas, sábanas y manteles ni te cuento. Y por supuesto en bolsas aislantes cuando proceda. Y sus respectivas bolsitas de olores cítricos el preferido de mi madre.

Yo en cambio, pienso que el orden debe estar a nuestro servicio, para encontrar lo buscado enseguida. Vale la pena invertir un ratito de nuestro día para ordenar para que luego el orden nos obedezca a nosotros. Pero no soy una esclava del orden. ¡Menos mal!

Mi madre, en Aaiún, cuando no nos encargaba la ropa a mis hermanas y a mi por el catálogo de Galerias Preciados a la Palmas, nos la hacia ella. Los patrones los sacaba del Burdas. Esa revista de corte y confección, Alemana por cierto, con modelos grandes y rubias la mayoria.Las morenas que salian no eran como las nuestras, lasmorenazas nuestras que salian en las revistas, como la Lola Flores, con el ojo pintado con un rabillo revirado hacia arriba, un lunar negrisimo cerca del labio y un moño bien alto. No,las morenas del Burdas eran morenas claras, el pelo castaño que no renegrido, y los ojos marrones, grises, verdes o puede que hasta azules.

Cuántas niñas soñabamos con el dedito puesto sobre las modelos pensando ¡Cómo me gustaría tener este, y este, y este! . Bueno voy a contar DIEZ y cuando lo cuente ese es el que tendré y haciamos trampa, si el once era mas bonito y moderno que el diez, pues el once entonces.

Pues mi madre nos elegía la ropa. Nunca era la que nos gustaba claro. Luego hacía los patrones. Eso si era divertido. Carreteras de líneas al principio ininteligibles, en tres colores rojo, verde, y negro. Líneas que se difenciaban las unas de las otras por pequeñas características , pero suficiente para distinguirlas. Pespuntes rojo, verdes, negros. Triangulo chiquitos de los tres colores. Pequeños círculos, rectángulos. De esos pintados garabatos salía una manga, una falda, media espalda. ¡Magia pura!


Luego venía lo peor. Algo que amargaba nuestras tardes de juegos después de hacer los deberes, y comernos el bocadillo mientras veiamos desfilar todas las tardes a los soldados por nuestra calle. La calle prncipal del Aaiún. La legión lo mejor, por la cabra esa que llevaban y porque el paso era muy marchoso. Dos sobrinas de Rosita la de Borbones, guapillas las dos, que cruzaban el desfile entre medio y los soldados perdian el paso. Las chiquillas también lo haciamos si nuestra madres no nos vigilaban, pero lo más que decía un soldado era ¡NIIIÑA COOÑO QUITA!





Lo peor era marcar la ropa. Pasar registros. Lo explico para quien no sepa de que se trata:

Consistía en coser una pieza con la otra haciendo un hilván ( con hilo de hilvanar de algodón blanco) dos líneas largas seguidas y otra dejándolo flojo, como si fuera un círculo, un lazo en el aire, quedaba en la tela dos rayas y un círculo suelto, dos rayas y...eso era registrar. Bien derechito, ni flojo ni apretado y no muy grande. ¡Cuántas veces tuve que desbaratar un registro hasta que a mi señora madre le pareciera que estaba perfecto! Y para ella la perfección rayaba en lo sublime.

¡Ay dios! Esas tediosas tardes pasando registros, con lo bien que se estaba en la calle jugando al brilé, aunque me diera pelotazos Chuchi Borbones la sobrina de las cruzadoras de desfiles, que daba unos pelotazos de muerte. ( Maria Jesús, si tu hermano Paco lee esto, que seguro que lo lee, y te lo cuenta, reconocelo tía, que jugando al brilé, tú, un Crac, la mejor) y encima botabas la pelota, con golpes secos, duros y resonantes y mirabas con un careto y unos ojos como diciendo - te voy a dar-que lo sepas- te voy a dar un balonazo que te vas a enterar - ¡Qué miedo madre mía! Un miedo raro y un poco rico también. Ahora sé que eso se llama adrenalina pura. Pero si Chuhi era buena, una potente máquina de dar y acertar, yo era buena esquivando, delgadita y ágil, me quedaba la última casi siempre. Aunque siempre “la jodía” me terminaba pegando un balonazo, incluso con el partido terminado que me rompía las canillas, las caderas y el alma. ¡Ay! ¡Cómo dolía!. Pues preferia ese dulce martirio que pasar registros con mi madre y Susa la de Guijarro.

Cuando no había que coser, entonces tocaba ordenar armarios. Siempre había algo que hacer, algo que nos impedía pasarnos la tarde, despues de merendar jugando al elástico,al escondite, al calambre, al teléfono, a las prendas, al brilé, a contar historias de miedo, a sentarnos simplemente debajo de los faroles de la calle plagado de nubes de mosquitos grandes como helicopteros. ¡Con lo bien que se estaba en la calle cuando ya se iba el sol y el calor.


Los dioses me han debido de castigar, pues resulta que trabajo desde hace años en un REGISTRO de buques, menos mal que mi trabajo no consiste en pasar hilvanes a la embarcaciones ni en ordenar su trasmallos.

No hay comentarios:

 
ir arriba