de Eli pami y paella

Sin permiso ni vergüenza maldita, lo copio desde el grupo Aaiún ya porque tambien es un poco mío. Aquí te espero Ely, ay, no, con i latina

EL TAMBOR DE HOJALATA

A veces no hace falta una máquina infernal de esas con agujas dando vueltas en sentido inverso como los malos telefilmes américanos de la tele que tanto nos gustaba para hacernos volver al pasado. Como siempre, proustiana hasta la médula y no pienso cambiar ni de coña.

Ayer recibí varios correos divertidos y genuinos a más no poder y entre otras cosas sorprendentes que me cuenta esta mujer que tiene la misma forma que la mía de ver el lado histriónico y distorsionado de determinados aspectos de la vida (para su desgracia-peor para ella-está arreglada la pobre-castigo del señor) en el que mencionaba a un autor de ciencia ficción, un género que no me gusta pero que consumí masivamente tiempo ha, llamado Bradbury, Ray Bradbury.

Como en ocasiones soy de efectos retardados, seré benevolente conmigo misma y diré, que suena mejor ,efectos retroactivos, recordé un relato titulado “El sonido del trueno “ en el que trasladaba a los personajes de la historia a un tiempo prehistóricos donde existian los dinosaurios. Este mediodia me habla la mensajera del Irlandés Joyce y de su día de caminar frenético por el Dublín de la más baja estofa.

Imagino la mesa de noche de esta “Alicia de Carrol” . Seguro que es así:

Elementos subversivos mezclados con el despertador, un alambrique chiquito, el Heliogábalo de Artaud, caja a medias de orfidal, una de redoble de Gunter Grass, un cigarrillo de Suina, un boomerang (de ida y vuelta-yo también pienso lo mismo-) y vaya usted a saber que batumerios más.

Dinosauria no extinta aún seguí haciendo memoria al son del pequeño Oscar y su ratatatam......aporreando hasta la saciedad el tambor de hojalata que percutía en la “carta” recibida.

La Biblioteca. Seguro que te acuerdas puesto que fuistes usuaria, un ¿bar? ¿tasca? ¿pub? Un lugar de reunión, charla, intercambio de libros y copas de La Laguna. En sus paredes era casi obligatorio escribir un soneto, pensamiento, protesta, máxima. Desde frases del escándaloso Bukoski hasta el místico Lobsang Rampa, desde el repetido hasta la saciedad “Tres son multitud” escrito cien veces cien hasta el te quiero María. No se distinguía demasiado de los escatológicos “mensajes” de la puerta de un Water público de un Centro Comercial. Cambiaron los dueños, blanquearon sus paredes y su clientela. Solo permitian frases exquisitas a punto de erudición.

Les diré algo...me gustaba más el permisivo y libertario Bar - Biblioteca del 73, año iniciático para mi en muchos sentidos, donde la libertad de expresión daba vía libre hasta a la vulgaridad ramplona. Claro, como tiene que ser. Yo puse uno protestando por algo que no recuerdo: Carcerberos No, emparedado entre uno que decía Tiiiiiias güeeeeenas al poder ...y el otro Tó por la Patria. Como la vida misma.

Me quedo con las calles húmedas y frias, donde la madrugada multiplicaba los pasos de una estudiante madrugadora con trenka y botas camperas camino de Artillería la Vieja, en busca de un caldito y bocata jamón. Estudiar toda la noche al son de media anfeta y litrona de cocacola, pues estudiar juraito que estudiaba, daba hambre y ganas de caminar. Me quedo con los veroles de los tejados y el sonido de las últimas gotas después de una intensa lluvia. Era bueno caminar por las calles laguneras, sola, tranquila y sin ningún tipo de temor, madrugadas frias, de mi boca nubes de vaho, repasando la lección o quizás lo último que me dijo alguién que, al parecer, me quería.

Más atrás aún, ¿No te consideras tan afortunada como yo al tener las maestras excelentes que tuvimos? La señorita Teresa, María Pardo, Carmen Alonso, Lietartaura y latín. Debemos ser bichos raros pues a ambas nos gustaba, dices.

Los soberbios amigos compartidos de Las Palmas a los que podemos nombrar pues son públicos, los pintores Alfonso Crujera, Miró, su hija Carmen Miró, Corujo....Felo Monzón, la escuela de Luján Pérez...nuestro querido Carlos Ramos, poeta de lagartos y almas, nuestras amigas bailarinas y actrices Mapi Sagazeta y Mónica, antiguas alumnas adelantadas de Gelu Barbu, el gran Tullio Gatti fotógrafo de nuestra canaria grande y hermosa. Su casa de López Botas donde tantos irreverentes y curiosos nos reuniamos. El cineasta Felix el gato, el grupo de teatro La Zapatilla, el Bar Polo, Tony el chiquitín rubio que daba vida a la Factoría. Y otros tantos anónimos amigos que nos puso el alma a punto para vivir, sufrir y disfrutar de la vida. En fín...en las mismas aguas turbulentas que yo has bebido. Al mismo son hemos bailado y el Sahara de telón de fondo para ambas, para todos y sus diversas experiencias.

Que nuestros hijos adolescentes, tu hija y el mío, se atrevan a decirnos:

En tus tiempos mamá....¿En nuestros tiempos? ¿Por qué? ¿Éstos ya no son nuestros? ¿No respiramos el mismo aire todos nosotros? Vivimos, que yo sepa, bajo el mismo cielo y las mismas nubes que dan sombra a nuestras alas rozadas, gastadas por las acometidas del viento y la lluvia, de las aristas de la vida, de sus goces y dolores. Todos somos usuarios de éste mismo camino que compartimos con los más jóvenes.

Pero inevitablemente el pasado y su historias nos forman o nos deforman, viajan en nuestra mochila. Tus misivas me han recordado lo estupendo que fue vivir lo que vivimos aunque hayan pasado más de mil años corazón y en mi alma solo quede soledad ...como decía el bolero.

Gracias por recordarme Cristina que ser como somos es algo estupendo. Casi, casi...lo olvido y eso que tengo una memoria estupenda....¡Coño! Las lentejas....que me las dejé al fuego....