sábado, 17 de noviembre de 2007

Y EN CUANTO A LA MULTICULTURALIDAD.

Pues veamos, que hablé con una persona perteneciente a la América de la parte de abajo de la América gorda. Y ahí ya empezamos con las dificultades, porque si le dices, por ejemplo, sudamericano a un mejicano (con j, que ahora no hay ninguno por aquí, que yo sepa), se te cabrea y te llama burro completo porque ellos son norteamericanos, y si es centroamericano, lo mismo, con lo que yo, con mi mundialmente conocida ignorancia geográfica, las paso canutas porque nunca sé con seguridad por dónde anda el país en cuestión. Si dices latinoamericano o hispanoamericano, alguno se cabrea porque puede ser discípulo de algún santón izquierdoso o derechoso, que eso es lo de menos, que los de los dos lados se ofenden igual, que ha opinado que ese término que tú empleaste, es ofensivo por alguna extraña razón. Y si dices hispanohablantes, te comes a los de Haití, Brasil, Guayana franÇaise, y alguno más que puedo dejarme, y a lo mejó tú querías englobarlos a todos.
A parte de eso, una habla con un cuidado exquisito, intentando no ofendé a naide, porque todo el mundo anda con el ofensómetro puesto, y no vaya a ser que te pongan un pleito los marcianos por decir que la comida te ha sentado mal y te estás poniendo de color verde.
Bueno, la persona en cuestión tenía unos rasgos faciales que parecía primo de Moctezuma, por parte de padre. ¿Qué a qué viene esta apreciación?, dirán algunos frunciendo el entrecejo, sacando del bolsillo el ofensómetro y colocándolo sobre la mesa? Bueno, ahora sigo.
Mientras yo, embargada por la corrección política, trataba abyectamente de no colocá una palabra fuera de su sitio, dicha persona en cinco minutos, me puso a caldo a los españoles, incluyendo entre otras cosas, lo de que nos jorobáramos con la inmigración, que nosotros habíamos sido inmigrantes antes (no lo dijo así exactamente, pero casi, y lo alucinante es que no venía al caso para nada), se aseguró de que yo tuviera bien claro que no pertenecía a la raza indígena (les juro que le falta la quena), cosa que se notó mucho que no le gustaba que nadie pudiera pensar que dichos genes pulularan por su sangre... alucina. Y para rematar, puso a sopa de ajo a los pertenecientes a otro país de pá llá, vecinos suyos, que como no tengo ahora un mapa a mano, ni me atrevo a susurrar su emplazamiento...
¿Pero no éramos nosotros los racistas y xenófobos, repito? Señol, señol, qué cruz...

2 comentarios:

coin dijo...

¿Ves? Si es que no hay nada como explicarse...si te dejan.
Tendremos que aprender a ser como Nancy, a decir lo que pensamos directamente desde el tubo que conecta la cabeza con la boca, sin pensar en la educancia, las buenas maneras lo politicamente correcto o inco ¡Ay mira! inco el el verres de coin, de las frase hechas y plomazos como la inmediantemanet anterior a ¡Ay mira!.
Claro que nos lloverian palos por todos los lados, pero total...van a llover lo mismo lo digas como lo digas, ya te pasó a ti ayer correctisima Vanes.

Unknown dijo...

pues iba a poner un comentario, pero como me está saliendo estupendo, lo pongo en entradas, con título y toda la pesca
Si es que la pobre Vane es muy medida en eso de la correccción, y así le luce el felpudillo...capaz que dice negro y le salen ronchas...NEGRO; NEGRO; Y NEGRO, ala, ves? no pasa nada, no me fulmina un rayo ni la cólera der la divina corrección

 
ir arriba