miércoles, 12 de marzo de 2008

Lucía

Salta Lucía a la arena sin ayuda de ningún macho y a grito pelao ordena la maniobra de varar las barcas quitando y poniendo los tres maderos hasta la parte alta de la playa, donde el mar, ni con el reboso de las mareas del Pino, llega.

“La Maruca”, “La Lucía” y “San Francisco II”. Ella la Reinona del cotarro, patrona de la primera y a sus órdenes toda la familia.

Son casi las ocho de la mañana y vuelven las chalanas de faenar cargaditas, con la ayuda de la Virgen del Carmen, sus redes. La Maruca enfilando la costa y su patrona en la proa. Las piernas abiertas, firmementes apoyadas, los carzones arremangados y los brazos en jarra.

Si no hay colegio los chiquillos ayudan con los maderos y al remolque de las barcas, si es que alguno está despierto a esas tempranas horas. Luego, la limpieza del pescado y la venta a los vecinos que se acercan. Las mejores piezas para los restaurantes de la zona colocadas con cuidado en cajas con hielo picado. No, ese mero es pá Casa Perico, lo siento mi niño, ya lo tengo prometido. Pero llévese esta viejita, no hay nada como una vieja sancochá...y se la lleva.
Además está la tasca, yo es que no se esta mujer cuando duerme. Bochinche mitad obra mitad de maderas pintadas de azul añil. La terraza desnivelada con sillas desparejadas de formica, otras de plásticos o de caña o yo no se de qué, sillas para sentarse y taburetes también alrededor de las mesitas tambaleantes por culpa del desnivel del suelo. Se arregla el baile con una cajetilla cigarrillos vacía bajo la pata coja.
Un lugar más cutre que típico con el pescado fresquito saltando en la sartén y el mejor mojo picón de la zona. La mano de Pinito en la cocina, la hija mayor de Lucía, es por todos conocida. Prepara el cazón y la morena con el adobo ese picantito que pide bebida, hasta de Las Palmas viene la gente a picotear a “Casa Lucía” de lo rico que estan los caracoles quemones aunque la mano se le vaya con la guindilla.
Marchanbdo una fuente de cangrejos del bufadero o de mejillones del risco donde la marea bate y esas papas arrugás con la sal gorda pegada que saben a gloria bendita tan saladitas y sabrosas, no se que le pone Pinito al mojo que piden ron y el ron corre toda las noches hasta la madrugada.
Hasta la madrugada, si. Si alguno se pasa de copas y molesta a la “selecta” clientela, la pescadora -tabernera Lucía lo saca a corgotazo limpio botándolo por las escalerilla pá bajo:
¡A dormir la mona a la arena carajo! ¡Esta es una casa seria! No deja pasar ni una la señora.
Una guitarra destemplada de fondo que dice :
Y esta noche me voy ,me voy pal Pino a comer carajacas y a bebeeeer viiiiinooooo las notas tiemblan en el aire del bochinche a la misma vez que Pinito canta en la cocina: Marchando otra de congrio frito y más ron.
Lucía tiene un marido flojo y canijo de patillas zambas, empecinado ronero. El marido de la Lucía que ni del nombre me acuerdo.
Algunas noches, el otro borracho oficial del lugar, Chano el Guapo, se acerca al garito. El marido de la Lucía no puede ver a Chano, farfullaba en una esquina maldiciones contra el otro. Chano ni maldito caso le hacía, ni cuenta de que está el marido gandul y carzonazo mirandolo con enquina. Paga Chano por adelantado siempre, orgulloso e independiente, todo el mundo quiere a Chano, el paga la primera los demás las que vengan. Cuando se nota que le viene la rabia y las ganas de palabrotear contra lo que fuera, maldita sea esta vida perra, me cago en tó lo que se menea, sale y suelta fuera la boca los esperridos contra la vida sin molestar a nadie.
El borrachito chico lo mira desde dentro y le chiva a los clientes:
“Fuerte vergüenza compadre...borracho, más que borracho”-lo dice con la lengua trabada de borrachito chico. Hasta que Lucía se enfada y le grita desde la cocina:
¡Veeenga pá la casa! ¡Váyase pá la casa caballero! ¡pero ya!
A la patada limpia si hace falta se lo dice Lucía. El infeliz se cubre la cabeza y gine: Ya cooooño, ya cooooño y se va pá la casa corriendo lo que le permiten sus patitas zambas y su triste melopea.
Por fin se cierra el bochince para descanso de los vecinos. Sobre las barcas varadas la luna blanca y el dichoso timplillo que no para con su ringui ringui y que canta, siempre canta lo mismo el timple:
Esta noche no alumbra la farola del mar, esta noche no alumbra porque no tiene gas.

5 comentarios:

vanessa del pino dijo...

Este me ha gustado mucho, pero yo juraría que lo había leído ¿es uno de los reciclados? Me ha entrado un hambre con lo de las papas arrugás y el mojito, que no veas. El pescáo lo dejo pá ustedes.

vanessa del pino dijo...

Aahhh! Que no había leído yo los comentarios de abajo!!!! Bueno, es reciclada pero me sigue gustando mucho.
Lo del cartel ya lo entendí, gracias, es que no me ubicaba.

Sigo sin ver los libros minúsculos y sigo pinchando con frenesí las crucitas anteriormente mentadas, pero no sale nada.

vanessa del pino dijo...

Y ese color, el más bonito del mundo, que es el azul añil... aunque yo no llamaría añil, aunque ese sea su nombre, porque para mí el añil es más oscuro...
Ese azul "qué se yo, que yo qué sé..." que es claro, pero no es clarito... que es diferente...
¿Por qué ese azul tan lindo recuerda a los sitios con mar?
Y no me digan que es como el mar, porque el mar tiene muchos colores... pero hay un azul de puertas y ventanas, a ser posible un poco antiguas, que es el color de... no sé... ¿de la felicidad? ¿del más allá?
Yo no soy nada marinera, no me gustan los barcos, ni el pescado, ni nada de eso, pero reconozco que hay un azul que me toca el alma.

Unknown dijo...

Vaaanee... tu si que me tocas el alma hoy, esas fotos del más allá, cuatro párrafos completos de tu eximia y tan dosificada prosa, ni medio yotenia...ay aya aya ques primaveraenelcorteinglés....

coin dijo...

¿Qué te pasa en la boca Vanessa el Pino? que te salen lirismo y azules yo que se que se yo....asombraíta me tiene usté que hasta la palabra alma la dice y no le salen ronchas. Milagrito de la Virgen del Carmen, marinera ella.

 
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