miércoles, 19 de marzo de 2008

Los cigarritos de Suina

La cocina de mi casa del Aaiún olía a zotal y a los cigarros liados a mano de Suina.

Después de fregar los cacharros y platos del almuerzo, Suina dejaba como la patena las baldosas encarnadas del suelo, nadie sabe la proporción que echaba en la mezcla de zotal y petróleo. El piso parecía un espejo colorao.

Y es que parece que lo estoy viendo:

Comienza la lenta y tranquila parafernalia de preparar el té con nana dando golpecitos con el martillo ritual al duro pilón de azúcar, el verter y mezclar el agua en las medidas y tempo justo, un rítmico baile oloroso de te y nana. Sobre la mesa la bandeja con la tetera de cobre y dos vasitos de cristal de colores. El té hay que beberlo por tres veces:

El primer vaso amargo como la vida
El segundo dulce como el amor
El tercero suave como la muerte

Suina solo me llena medio vasito, el del dulce amor . Me lo bebo despacio haciendo el mismo ruido al sorberlo que ella.

- Ninia, dice, que no le sale pronunciar la eñe- dami la lata de la colacao.
Me subo a una silla y la bajo de la alacena. Lata, que no caja, ni bote, ni frasco, con pequeñas bisagras en la tapa y por delante la imagen de una negra zumbona con delantal blanco levantando una bandeja con dos vasos de leche con colacao y unos niños rubios como el sol con los brazos levantados.

Se lia el cigarrito de la sobremesa, ese que huele tan bien que estalla por dentro a veces

¿Por qué explota Suina?- Es il caniamón.
Se lo fuma despacito con los ojos casi cerrados, los pies enorme y oscuros sobre un taburete de la cocina, las plantas de los pies de roja henna, las babuchas de cuero bajo la mesa.

Mi madre no quiere que moleste a Suina , bastante trabajito tiene ya la pobre. Cuando se va a dormir su larga siesta de calor sahariano me escapo a la cocina, el sitio más fresquito de la casa, aromado y sereno.

Suina tiene un lado oscuro igualito que su piel. No me gustaron nada sus manos ahogando en la pileta del patio de atrás a los gatitos que parió nuestra gata, tan mansa que se dejaba poner las faldas de mi muñeca. Los gatos chicos que esa misma fatal mañana, en el trastero, se subian por la funda de la caña de pescar de mi padre, hasta la punta de arriba. Los bajaba cuando sus maullidos volvian locos a todos y ellos vuelta a subir por el mismo caminito, una y otra vez los empecinados trepadores.

La cara de Suina, tan distinta a la dilatante fumadora de sobremesa, no me gustó nada cuando mantuvo el saco dentro del agua durante unos minutos, no sentía pena, no sentia nada, un trabajo que le mandaron hacer, nada más.

¿Qué estás haciendo Suina? .- Nada ninia, nada. De la pileta salían burbujas ...y me fui.

A veces venía con su hija América ¡qué vaya nombre raro para una niña Saharahui! una niña más pequeña que yo con trencitas apretadas repartidas por toda su cabeza, parecia un puercoespín moreno con trenzas en vez de espinas.

Los ojos de América tenian la mirada rodeada de pestañas rizadas, igual que los ojos de las dos gacelas que estaban en el cuartel de Artillería, al final de mi calle, en la Avenida del Ejército.

Otro niño chico se le murió quemado. Lo tenía en un cajón que hacía de cuna y una brizna de lo que fumaba Suina se le prendió en la ropa que abrigaba al recién nacido. Por lo menos estuvo sin venir dos meses. Cuando volvió estuvo abrazada a mi madre mucho rato y mi madre se secaba las lágrimas con el pañuelo y le preguntaba que como estaba:

Matta chec chuai? Ella contestaba: Nech labás el hamduli-lah ( bien, por la gracias de dios). Suina tenía los ojos secos y raros.

Después de comer estuvo buscando su lata de la colacao esa y como no la encontraba se enfadó en hasanía, no se que decía, pero estaba enfadada que se le notaba mucho. Dijo palabrotas que esas si que me las se aunque fuera un pecado grandísimo sabérselas.

Un domingo Suina y América vinieron con nosotros a Cabeza Playa y chapoteaban en la orilla, que no sabian nadar. Unos soldados desde las barcazas y los anfibios del muelle no paraban de mirarla.

¿Y por qué la mirarán tanto? - me puse a mirarla yo también, atentamente...y entonces me di cuenta de algo de repente, un rayo blanco en mi cabeza ( cuando leí en la biblia lo de Pablo el apostol recaudador de impuestos cuando lo de la luz y la revelación divina que hasta del caballo se vino abajo y toda esa vaina ...lo entendí) .

¡Pero que guapísima era Suina! ¿Cómo es que nunca me habia dado cuenta? Creía que lo bonito era rubio y blanco como mi madre, como los ojos claros de mi padre, como la inmaculada Virgen María de la Iglesia del Sagrado Corazón, la que sostenía al niño rubio como la espiga, como un sol, como una dorada duna, como la espuma nívea del Atlántico.

Salía del agua Suina reluciente con las piernas brillantes, espejos negros, pasos largos llenos de energía, alzados los morenos brazos sobre su cabeza colocándose el pañuelo, la barbilla levantada, orgullosa, segura de su belleza y de si misma.

Una imagen fija que se me ha quedada grabada por los siempre de los siempre:

La bella aromatizada y brillante Suina y en mi recuerdo más.




5 comentarios:

Unknown dijo...

ummmmm Suina, Suina... puede que sea de mis favoritas por todo, no solo por lo que estas pensando, bandía...y ahora es cuando la Vane y algunos má acaberán de entender el por qué de los "de Suina"...aunque barruntarlo seguro que ya se lo barruntaban, pero la historia es la historia...Y no me digas nunca jamás si te la has inventado o es de verdad

vanessa del pino dijo...

Pero si esa Suina es inventada, ¿de dónde sale la otra, la que nombra Marimini siempre? Mejor no me lo expliquen, no me voy a aclarar.

coin dijo...

No pienso decir naíta. A mi que me registren...la pasma no...que me requisan los suinas.

Unknown dijo...

Vane, que no se ni quiero saber si Suina es inventada; esta historia de la Coin viene del más allá, de la otra orilla, donde yo la leí tiempo ha, por eso nombro a Suina frecuentemente , porque la amé desde que la conocí, a ella y a sus cigarritos, pa que mentir...O sease, que es la misma Suina, solo que a tí aún no te la habían presentado oficialmente.
Vamos, que Suinas solo hay una, como madres...y yo la amo

coin dijo...

Sinverguenza es la minimini¿pues no dice que ama"que vaya palabrota, ama dice a Suina" que viene a decir lo mismo que aquello que nos hacian escribir por los tiempos subjuntivos y que decia:
YO AMO A MI MAMA, MI MAMA ME AMA A MI, sétera, sétera.
Estoooo... me perdí...¿y que iba a decir yo dios mio de mi vida? deben ser los suinas estos, que me tienen trastorniao el sentío, y es que ya no son como los de antes ( el sentío no, los suinas)¡Ay!

 
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